La realidad virtual ha llegado para quedarse. Los orígenes de esta tecnología pueden encontrarse en una multitud de influencias distintas —desde las estereografías del siglo XIX hasta posible invención, en la década de los 60, de unas «gafas televisivas», pasando por los simuladores de vuelo de principios del siglo XX o el Sensorama de los años 50— pero sin duda el último impulso a la realidad virtual como tecnología de estar por casa vino en 2012, con el desarrollo de las gafas VR Oculus Rift.
Una tecnología en crecimiento
Aunque este tipo de dispositivos todavía está fuera del alcance de muchas economías familiares, el progresivo abaratamiento de la tecnología involucrada y la proliferación de fabricantes hace que cada vez estemos más cerca de una adopción generalizada: un proceso parecido al que experimentó en su día el televisor, o los primeros ordenadores personales.
Realidad virtual: un fenómeno multisectorial
Con una realidad virtual cada vez más presente en el día a día, y accesible a un público cada vez mayor, no es de extrañar que sean muchos los sectores interesados en las posibilidades ofrecidas por esta tecnología tan vistosa. Más allá de la industria del entretenimiento —los catálogos de aplicaciones VR están llenos de videojuegos, videoclips, y experiencias narrativas— uno de los sectores que más ha apostado por esta nueva línea de negocio es el del turismo y el patrimonio.
Patrimonio interactivo, a un clic de distancia
Con frecuencia, la interacción es clave a la hora de generar una impresión duradera en el público. Por ello, ofrecer nuevas formas de descubrir y sentirse partícipe del patrimonio turístico es una baza que las entidades gestoras de la península no dudan en explorar, con nuevas soluciones de turismo digital. Desde museos visitables de forma digital hasta experiencias inmersivas para conocer el pasado del patrimonio histórico, la tecnología VR supone una vuelta de tuerca más a una de las principales ofertas culturales de nuestro territorio.
Badajoz virtual
En ese sentido, la provincia de Badajoz ya ha empezado a explorar estas nuevas posibilidades: una digitalización completa de la fachada de la Iglesia de San Bartolomé, en Jerez de los Caballeros, permite observar al detalle esta obra cumbre del barroco español desde la comodidad del hogar. De la misma manera, el Salón de Plenos de la Diputación Provincial también ha sido digitalizado para permitir la realización de visitas virtuales. Se espera que, poco a poco, cada vez más espacios de interés se vayan sumando, creando toda una red de patrimonio virtual.
